El tiburón, alterado por el rojo del agua, se abalanzó sobre V arrastrándolo 50 metros a las profundidades de las que creyó que no volvería a escapar...
Entonces, quiso incorporarse y abrazarle pero algo se lo impidió y no fueron ni los enfermeros ni sus padres que, con angustia y tristeza, le contemplaban en la habitación... Oh, no. Fue algo más personal, fue su pierna izquierda.
Había desaparecido.
Miró a sus padres y repetidas veces a su hermano. No necesitó respuesta. El tiburón se la había arrancado. Y en su lugar ahora poseía un muñón. Le dolía, pero el dolor era más psicológico que físico.
Meses después...
Aquel muchacho que había perdido la pierna participó en los Juegos Paralímpicos en la prueba de natación. Ganó la medalla de plata.
Y, en una entrevista, cuando le preguntaron que si no se arrepentía de haber entretenido al tiburón para salvar la vida de su hermano contestó:
- No, porque piernas, tenía dos; hermanos, solo uno.
Basado en hechos reales. {Historias que conmueven}
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