martes, 29 de marzo de 2011

Tú no cuentas.


El dolor no viene de lo que ocurre, sino de aferrarse a una forma que ya no existe. Sientes esa confusión, no por que no tengas fuerza sino por que te olvidas de ella. Cuando la vida te quita algo, sólo te esta diciendo, que tú puedes construir el doble. O, ¿no ha sido siempre así?
Pero luego agradeces esas risas, agradeces lo vivido, sin dar espacio al lamento o la autocompasión porque tu vida vale más que cualquier opinión, incluso la tuya.


martes, 22 de marzo de 2011

Fuera miedos. Fuera penas.


Las marcas que el tiempo va tatuando en nuestra piel son profundas y, a veces, duelen.
Miedo. Claro que tienes miedo.
A todo ello, a todo aquello. A mirarte al espejo y ver a una completa desconocida, a una copia barata. A malgastar palabras o decir demasiadas. A un te quiero desgastado.
Bueno, en realidad, eso es lo único que te mantiene todavía despierta.
Porque ese miedo es lo único que te está volviendo valiente. Y descubres que, en el fondo, siempre lo fuiste. Y sonríes. Sí, porque tú lo vales.


Soy una tontería andante.


Cuando te enamoras, no te enamoras de una sonrisa perfecta de Colgate, te enamoras de esa sonrisa. Te enamoras de lo difícil, de lo contrario, de lo que odias. Te enamoras de lo que admiras, bueno, simplemente, te enamoras de “ese” algo.
No te enamoras de unos preciosos ojos azules cristalinos. No. Te enamoras de esos simples ojos verdes, bueno, de simples no tienen nada.
Tienen un “no sé qué”, un brillo distinto, que destaca sobre el sol, lo eclipsa, lo anula.
Y tienes esa sensación constante de que si le pierdes, te mueres. Y de solo pensarlo te entra una especie de agobio que agarra tu corazón y lo aprieta hasta sangrar. Y no afloja hasta que no apartas ese absurdo pensamiento de tu cabeza.


jueves, 17 de marzo de 2011

good times.


Hay momentos que hay que vivir sin pensar en aquello que vendrá después.
Hay momentos en que ganamos y otros en que perdemos. Todos queremos ganar pero es imposible ganar sin jugar y llegar sin arriesgar.
Cuando el tiempo se para y de repente cada instante cuenta, lo único que quieres es que ese momento dure para siempre.

martes, 15 de marzo de 2011

Sube a tus tacones nena;)

Fiesta. Bueno, más o menos fiesta. Pero se disfruta aún así. Es distinto, sí. Pero volveremos a darlo todo. ¿TODO? No, MÁS. Eso es algo que nos sale solo. Es como las burbujas de un pompero de unas niñas pequeñas jugando en un patio de tierra sin importarle ni el tiempo ni el por qué. Bueno, no. Es distinto. Las burbujas suben y suben y desaparecen, nosotras no, seguimos dando guerra. Porque cuando estamos juntas sobran las palabras y faltan los minutos.
Y quiero que sepas que si alguna vez te sientes sola, háblame, que te estaré escuchando aunque no te pueda ver. Porque te tengo que dar las gracias por todo. Cada gesto, cada beso, cada abrazo. Cada sonrisa, cada te quiero, cada mote. Y sobretodo, esa habitación. ¿Qué cuál? La maravillosa 169# en ese hotel, nuestro hotel. NUESTRO. De las dos.
¿Y qué más dan nuestros problemas, nervios y desilusiones? Juntas nos caemos y juntas nos levantamos. Sí, así es. Y con una pedazo de sonrisa, sí señor.
En poco tiempo me has demostrado mucho. Y tus palabras me ayudan a superar el día a día, tu cuerpo me arropa con cada abrazo, tus ojos, tus miradas me lo dicen todo, tus pensamientos son algo ilógico porque son una réplica exacta a los míos, somos tan iguales pero a la vez tan diferentes que ha sido el motivo por el cuál nos hemos unido tanto.
Tú, está eres tú, mi amiga, mi americana. Gracias por ser como eres. Gracias por estar ahí siempre. Gracias, simplemente, por ser mi amiga.

Inadvertidos.


Se despertó. Despertó del aturdimiento que había durado años en su mente, despertó de la inocencia de ser niña, despertó de una vida normal para comenzar una vida especial.
Salió a la calle y se percató de que debía luchar. Caminó y recorrió el mundo en unas horas, su mundo. Era como volver a nacer, y darse cuenta de todos los pequeños detalles que antes habían pasado inadvertidos. Miraba a la gente a la cara, a los ojos y descubría un nuevo misterio.
Y antes de acostarse, miró por la ventana y sorprendió a la luna guiñándole un ojo, leyéndole el pensamiento. Y recordó el brillo en unos ojos que le hacían soñar despierta... ante tanta oscuridad.



Tengo el alma de corcho y mirada traviesa.

-         ¿Dónde dejo las cajas?
-         Déjalas… mmm...… por ahí- dijo sin apartar la vista de mí. Sentía sus ojos clavados en mi cuello, siguiendo cada movimiento que hacía al dejar las cajas sobre el taburete de la cocina. Me dí la vuelta y le vi apuntando algo en un papel mientras se fijaba en la lista de la compra.
-         ¿Qué haces?- le pregunté mientras me acercaba a él extrañada.
-         Bueno…- titubeó- vosotros me habéis ayudado así que voy a haceros la compra y…
-         Deja de decir tonterías- me lancé a él intentando quitarle el lápiz de las manos pero él se resistió. Forcejeamos, riéndonos, unos segundos hasta que me acercó y estuve tan cerca de sus labios…
Entonces me susurró:
-         Además es una excusa para poder verte.
Se acercó un poco más. Sentía su respiración. Y esa sensación de querer saborear sus labios, rozarlos, solo rozarlos. Se acercó para  besarme pero dijo, desviándose de mis labios, sufriendo, como si le hubiesen obligado:
-         Quizás sea muy tarde, la fiesta habrá empezado y no sé por qué estoy hablando ¡joder! Tendría que haberte besado… pfff...
Me quedé respirando su olor, asimilándolo, grabándolo en mi cabeza. Mientras, él acariciaba mi pelo con sus dulces labios… Sufriendo cada vez que lo hacía.



Mi abuela ya estaba sentada en la grada. Nos reservaba el sitio a Lucas y a mí. Nos sentamos y cuando Lucas no prestaba atención, me susurró al oído:
-         Me ha estado mirando todo el rato.
-         Le gustarás- le respondí haciendo como sino me importase.
-         Lucía, es por ti. Te estaba buscando.

Miré hacia atrás y allí estaba él, mirándome muy serio.



-Pero tio, ¿por qué no la has besado? Joder, pero si llevas todos estos putos meses hablándome de ella, pfff… es que… pff… ¿por qué?
Dani llevaba toda la puta hora dándome la chapa. Y yo estaba hecho un lío.
-         Pff… sé que todavía le quiere, en el fondo, aunque me quiera… él sigue ahí. Lo sé, él ha vuelto a su vida y todo se ha jodido.
-          Ella le había olvidado, me lo dijo Mel y a ella se lo cuenta todo. Has perdido tu única oportunidad yo solo te digo eso, después no me vengas llorando si acaba con el otro, porque ella ni le quiere ver.
-         Él ha vuelto. Ya he perdido.
-         Ella se está enamorando de ti… y créeme que le ha costado olvidarle. No la cagues ahora porque te vas a arrepentir.

En ese momento Carlos entró por la puerta. Los dos se miraron. Cuatro simples palabras.
-         No deberías haber venido…- dijo Lucas. 


lunes, 14 de marzo de 2011

Esconderme sin querer detrás de unos ojos cerrados.


Se habían conocido cuando el relojero los abría y desde la distancia, se habían enamorado. La bailarina se quedaba mirando el desfile para ver a su soldadito. Ella bailaba para su Soldadito del reloj todos los días, quien le decía la hora y saludaba. A las doce de la noche, él saliendo de su reloj, la acompañaba y bailaban juntos, diciendo lo mucho que se amaban. Así pasaron, muchos días y noches, hasta que otro de los Soldaditos del reloj se enamoró de la bailarina. Envidioso de que la bailarina solo hiciera caso al soldadito, empezó a dispararle, y el soldadito cayó destruido. La bailarina lloraba y lloraba por su soldadito. Y se encerró en su caja de música porque ya no quería bailar… 


Era placentero, pero casi dolía.


Me quedé respirando su olor, asimilándolo, grabándolo en mi cabeza. Mientras, él acariciaba mi pelo con sus dulces labios… Sufriendo cada vez que lo hacía.


"Me apretó la mano, y mi corazón latió fuerte contra mis costillas. Era placentero, pero casi dolía…" (The host)



domingo, 13 de marzo de 2011

214# Cuando tenga valor para hablar diré que tengo miedo.


Cuando tenga valor para hablar diré que tengo miedo. Pero no miedo a dejar de querer, ni miedo a esperar algo que sé que nunca va a llegar. No. Yo tengo miedo a un secreto como un susurro al oído, a algo que me tengo que comer yo solita porque nadie puede ayudarme.
Lo que más me duele es mentirles, no ser capaz de decírselo. No poder decirles por qué les necesito tanto ahora. No poder explicarles por qué sus sonrisas son tan importantes para mí.
Cómo explicarles que cuando te pasa esto lo ves todo distinto y que cada tontería se vuelve importante.
Pero no puedo contárselo, no quiero preocuparles. Ya hacen demasiado por mí…



sábado, 12 de marzo de 2011

Un Placer Coincidir En Esta Vida.


A veces es divertido. Otras veces duele.
A veces es solo una opción, una mirada; otras, es algo imposible de entender.
Unas veces es algo pasajero. Porque todo pasa. Pero lo mío no se olvida.
Unas veces es solo una sonrisa pero otras es no verte nunca.
A veces son esas palabras. Pero otras es ignorarnos...
A veces, lo eliges; otras, es imposible de controlar porque no es una alternativa.