domingo, 9 de febrero de 2014

El tiempo, que solo nos roba tiempo.

     Entonces me di cuenta de que no puedes pedirle a un médico que tenga el diagnóstico exacto al ver al paciente. Nada en la vida sucede tan rápido. No podemos pedir que ellos rompan la regla. Supongo que buscar un culpable siempre es un gran alivio. Saber que tú has hecho lo que has podido, que el destino de una persona ya no está en tus manos, sino en las suyas.  Y el miedo a perder aquello que queremos es el que nos hace buscar culpables. Es más fácil que reconocer nuestros errores, piensan algunos. Pero lo que no tenemos en cuenta es que el tiempo corre en nuestra contra...
No siempre hay un motivo, no siempre hay un culpable. A veces las cosas suceden porque tienen que pasar, porque es lo que debe ser. Porque así es mejor. E ignoramos el tiempo. Creemos poseerlo. Al fin y al cabo hemos llegado a la luna, ¿por qué no parar el tiempo? Pero la solución no está en detener las manecillas del reloj. A veces, la solución está en uno mismo.


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