Susurro con delicadeza para no
desperdiciar instantes que se mezclan en esta bola de cristal.
Dejo caer los miedos y que se
rompan si se atreven, que yo me encargo de esta noche.
Reencontrando sueños que
dejamos perdidos en un cajón he mirado a tus miedos a los ojos y he gritado tu
nombre hasta sangrar en mi piel.
Marcada, a fuego lento, se ha
grabado el recuerdo de tantas noches que me dejé caer a los pies de una locura
llamada “vida”.
Y siguiendo los pasos de esta
lucha, perdí muchos pensamientos por el camino que hoy vuelven a encontrarme en
esta encrucijada.
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