a los trayectos cortos
porque tengo el corazón en números rojos
y cenizas entre los recovecos.
Son las once y media de la noche
y te presentas en mi puerta
con aquel libro
y una sonrisa de otro planeta.
Que ya no me queda tiempo
para robar
las estrellas de Madrid.
Que a veces necesito parar
y rescatar
mi yo más profundo...
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