No puedo prometerte que las cosas serán fáciles. En verdad, nunca lo serán. Te lo pondrán difícil; te intentarán derribar; y, cuando estés a punto de alcanzar la cima, te empujarán al vacío y tendrás que volver a empezar. Lo único que puedo asegurarte es este momento. Ese abrazo fuerte que lo dice todo sin palabras. Esa llamada. Esa mirada que lo entiende todo. Ese apretón de manos. Esa sonrisa Y el sonido de nuestras risas entrelazadas.
Dedicado a María Sánchez.
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