La vida siempre ofrece una
segunda oportunidad… pero no veinte. Y tú ya has agotado las existencias.
Siempre me culpaste por tu
dolor, por tu soledad, por tu adicción. Pero nunca supiste aceptar que la culpa
fue solo tuya, que tú lo enredaste todo. Que el mejor juego de cartas para ti
es el solitario. Sinceramente, a pesar de todo, nunca me lo esperaba de ti. No
de ti.
Nunca te quise, nunca fuiste
nadie para mí. Nunca vas a ser nada. Quizás pienses que llegaste a rozar mi
alma pero no alcanzaste ni la suela de mis zapatos. Y lo que más pena me da es
que la mayoría de las personas saben que eres un falso, no confían en ti.
Tus mentiras se han caído,
derrumbando tu castillo de naipes. Has roto los contactos de tu agenda y has
jugado a ser importante… pero no eres nadie. No es una opinión, es una idea
común.
Sé que ya se te ha sido
devuelto todo el daño producido por tus dardos venenosos. Pero, ojalá recibas
otra porción de tu dosis. Eres venenoso, por eso entiende que no quiera
mezclarme con víboras.
Me has decepcionado. Pensaba
que… eras distinto. Que mentían sobre ti, pero no eres más que una copia barata.
Has fallado en cada uno de tus
intentos. Y aquellos que se hacen llamar “Amigos” son una parodia de tu vida.
Saben como eres y te tienen fichado. A los amigos hay que tenerlos cerca, pero
aún más a los enemigos.
Has demostrado tener más caras
que un dado de póker. Ahora te toca a ti probar de tu propia medicina. No es
una amenaza. Es la repetición de historia.
Bienvenido a mi juego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario