A veces no sabes que echas de menos a alguien hasta que te encuentras con esa persona; hasta que cruzáis dos o tres palabras; hasta que ves a esa persona siendo con otras tal y como era contigo.
Lo que descubres después es que no echas de menos a la persona real sino a la persona que creías que era; la que te hizo creer que era; las que crearon tus expectativas.
A veces no sabes que echas de menos a alguien hasta que eres consciente de que todo ha cambiado; de que esa persona no va a volver; de que no quieres que vuelva.
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