miércoles, 10 de abril de 2019

Despedidas.

Qué mal llevo las despedidas.
Sobre todo cuando son de personas que te arrancan un trozo del pecho. Sin permiso ni complejo. Sin compasión ni medida.
Sobre todo cuando son de lugares que brillan. Sin farolas ni fuegos artificiales. Lugares que iluminan cada noche con su dulce reflejo.



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