Se despertó. Despertó del aturdimiento que había durado años en su mente, despertó de la inocencia de ser niña, despertó de una vida normal para comenzar una vida especial.
Salió a la calle y se percató de que debía luchar. Caminó y recorrió el mundo en unas horas, su mundo. Era como volver a nacer, y darse cuenta de todos los pequeños detalles que antes habían pasado inadvertidos. Miraba a la gente a la cara, a los ojos y descubría un nuevo misterio.
Y antes de acostarse, miró por la ventana y sorprendió a la luna guiñándole un ojo, leyéndole el pensamiento. Y recordó el brillo en unos ojos que le hacían soñar despierta... ante tanta oscuridad.
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