martes, 15 de marzo de 2011

Inadvertidos.


Se despertó. Despertó del aturdimiento que había durado años en su mente, despertó de la inocencia de ser niña, despertó de una vida normal para comenzar una vida especial.
Salió a la calle y se percató de que debía luchar. Caminó y recorrió el mundo en unas horas, su mundo. Era como volver a nacer, y darse cuenta de todos los pequeños detalles que antes habían pasado inadvertidos. Miraba a la gente a la cara, a los ojos y descubría un nuevo misterio.
Y antes de acostarse, miró por la ventana y sorprendió a la luna guiñándole un ojo, leyéndole el pensamiento. Y recordó el brillo en unos ojos que le hacían soñar despierta... ante tanta oscuridad.



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