Nunca supiste por qué cambiaba continuamente de fondo de blogspot, ni siquiera preguntaste. Supongo que era porque no leías mis cartas, todas para ti. Tampoco supiste porque me empecé a pintar las uñas y los labios de rojo. Ni por qué dejé un rastro de arena en la puerta. Pero supongo que era demasiado bonito para despertar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario