domingo, 30 de enero de 2011

Frío.

Estás en medio de un bosque, frío y oscuro.
Hay una araña gigante persiguiéndote que intenta comerte.
Si esperas ahí a que alguien venga a salvarte, morirás.
Intentas levantarte y echar a correr.
Pero, ¿qué puedes hacer?
Estás atado con unas cadenas de hierro que te abrasan el cuerpo.
Dolor. Sí, duele.
Quema.
Y cada segundo que pasa, es un segundo que pierdes.
Tropiezas y caes.
Ves como la araña se va acercando poco a poco con la fecha de tu muerte estampada en sus colmillos.
Y entonces... ¡PAM!
Despiertas en tu cama, casi ahogándote, sabiendo que lo que has soñado no ha sido solo un sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario