Es el miedo. Ese que nos llena, nos confunde, nos aferra. Nos ahoga entre sus manos frías. Esa oscuridad que despierta al final del pasillo y nos consume poco a poco.
No puedes verlo. Tampoco quieres. Y olvidarlo es aún más difícil. Quizás, si la distancia no fuese la misma, entonces...
{...}
No mires atrás. Acaba de comenzar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario