Llevas tres semanas esperando una llamada, pero se han borrado los puntos de aquella letra del final. Nadie entendería el por qué, ni siquiera tus razones. Pero son tuyas y eso nadie puede arrebatártelo. Mírame, siempre lo supiste. Tus labios se revelan a la luz de las palabras. Pero nunca lo entenderían. Así que, abre los ojos y mírame, porque hoy es la última ocasión que tienes para ser feliz.
Siempre fuiste alguien más en este cuadrilátero. Nunca supe quién debimos ser. Pero incluso un monstruo puede tenerle miedo a la oscuridad.
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