miércoles, 22 de febrero de 2012

No se puede explicar con palabras eso de quererte.

Hoy ha sido uno de esos días, he seguido mis instrucciones...y cuando he salido al patio a dormirme contando estrellas, he escuchado a mi corazón susurrar tu nombre, y con delicados trazos, dibujarlo sobre mi alma. El cielo ha comenzado a despejarse, las nubes perdían intensidad, rindiéndose ante el recuerdo de tus ojos, para dejarme ver tan solo un par de estrellas en una pequeña parcela de cielo, cercanas desde mi posición. Si detenías la vista conseguías ver las fibras doradas de sus corazones tejiendo un camino que pusiera fin al espacio que entre ellas se interponía. Nos vi reflejados en ese pedazo de cielo...somos ese par de estrellas, ese par de canciones. Y jamás nos apagaremos, jamás podrán eclipsarnos, como tampoco perderemos el ritmo, ni nuestra letra dejara de parecer un grito lanzado con júbilo desde el alma.
He venido aquí esta noche porque cuando te das cuenta de que quieres pasar el resto de tu vida con alguien, deseas que el resto de tu vida empiece lo antes posible. Y pensar que las cosas más ridículas, cuando estás enamorado, las recuerdas como las más bonitas, porque su simplicidad no tiene comparación…

Y sí, quiero despertarme cada mañana contigo y jugar al escondite antes de ir a buscar un trabajo que nos llene el frigorífico. Quiero verme reflejada en tus ojos, que me cohíben y no dejan que sostenga la mirada en ti sin reír o agachar la cabeza. Escúchame decir cosas estúpidas y ríete. Compartamos películas. Celebremos nuestros santos regalándonos mierdas simbólicas.
Comprémonos un piso. Hipotequémoslo. Llenémoslo con electrodomésticos y pintemos las paredes de un dorado que se queme con el sol. Encerrémonos allí durante días. Desde el atardecer hasta el amanecer, con las cortinas bajadas y una nochecita dentro de las sábanas.
Continúa queriéndome mientras pasan las décadas...
Te quiero, y defenderé ese sentimiento mientras las estrellas sigan hiriendo el cielo, y las canciones sigan despertando corazones.

Y todavía nos queda mucho que hacer por aquí… veintiuno #

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