domingo, 2 de octubre de 2011

No importan los días, que pasen las horas. (IV)

5 de Marzo.

Ayer volví a pasar por "el banco" aquel banco... siento adueñarme de él, pero yo lo tomo como "mi banco", "nuestro banco". Qué buenos recuerdos, y que malas sensaciones. Melancolía, pena, aunque, orgullo y satisfacción por otro lado, lo único que me salió en ese momento fue una sonrisa y alguna que otra lágrima, irremediablemente... Y recuerdos en forma de diapositivas en mi cabeza. La memoria, que nos juega malas pasadas. A veces un recuerdo que parecía olvidado nos sorprende y vuelve al ver un objeto... Sí. Un simple objeto, o al escuchar una canción, o un olor concreto... Dicen que tendemos a asociar recuerdos y momentos de nuestras vidas a canciones, a lugares, a situaciones, y estas nos hacen volver a ese momento tal y como lo viviste... Como si estuvieras de nuevo allí. Ese día. A esa hora. Con él... El lugar estaba igual, tal y como lo recordaba...Todavía, si cierro los ojos y me pongo una canción muy concreta, revivo ese momento. Me encanta ponérmela cuando estoy melancólica. Lo sé, puede sonar masoquista. Me hago daño, pero me encanta recordarle. Me parece que es lo mejor que me ha pasado nunca, lo decía y me mantendré siempre. Tengo la suerte de poder decir que no me arrepiento de nada en la vida, quizás de lo que me arrepienta es de no haberme equivocado más veces y seguir aprendiendo en vez de perder oportunidades por miedo, que no nos conduce a nada.
Me apeteció sentarme, y así lo hice. Me quedé cerca de una hora sentada, era aproximadamente la misma hora que hace un año, el mismo frío, la misma sensación de mojado, el mismo olor a comida recién hecha del restaurante de al lado, el mismo sonido del agua cayendo y chocando contra el fondo de la fuente, la misma soledad que hay a esas horas de la tarde, solo que un poco más sola... sin su compañía -Ahg, eso ha dolido.- Me senté del revés, tal y como solíamos hacer. Si miro a mi derecha puedo volver a ver con tanta nitidez la bicicleta vieja y verde apoyada sobre el banco, y a mi izquierda él... ¡Qué pintas llevaba! Me encantaba. Es que sino no sería él. Así tal y como era, me volvía loca, no era normal aquello. -Vaya dos tórtolos ahí sentados haciéndose manos y mirándose con cara de cordero degollado, pidiéndose besos y diciéndose que se quieren…- Solté una risa irónica para mí misma. Quién me diría a mí ese día ahí sentada que un año después estaría aquí de nuevo... pero sin él. -Debería haberle dicho más veces que le quería, debería haber discutido menos, perdíamos tanto el tiempo en ello...- Las rarezas y las ironías estaban a la orden del día, así éramos, "tú y yo", "nosotros", me encantaba decirlo, sonaba tan bien… Esa unión tan grande, uña y carne, dependencia el uno del otro. “Mi novio”, “mi mejor amigo” -Yo no pasaba sin sus besos, él no dormía sin mis te quiero.- Abro los ojos, otra lagrimita que recorre mis mofletes y ya empiezo a ponerme peor. Si la gente pudiera hacerse una idea de cuánto le echo de menos... Creo que es lo más sincero que he dicho en mucho tiempo. -Vuelve a escocer- Llevaba tanto tiempo sin admitirlo. Me siento orgullosa de sentirlo. Es bonito. Me da pena por la gente que no se ha enamorado nunca y se cierran a ello en banda como si les diera miedo. No saben lo que se pierden. Esto lo mueve todo. Sin amor, no quedaría nada, no seríamos nada. ¿Por qué avergonzarme de sentirlo? Que va... Yo no pedía nada, solo a él. Siempre me he conformado con poco. Pero para mí era tanto lo que tenía, iba sobrada, siempre con la cabeza alta y de su mano. Segura y fuerte. Era mi apoyo, mi punto de apoyo más importante, donde se sostenía todo mi equilibrio emocional y por lo tanto mi punto débil, mi talón de Aquiles. -Mi debilidad tiene nombre y apellidos- Y ya pase el tiempo que tenga que pasar, pasen los años que sean necesarios para que no duela. Y ya sólo quede en un recuerdo más que guardar en el archivador de mi vida. Un capítulo cerrado y pasado. Pero en mi memoria, por supuesto, siempre se mantendrá intacto. Aunque desde un principio, ese día hubiese sabido el final, habría vivido de nuevo este año contigo, y seguiría retrocediendo si pudiera. Por inesperado que haya sido el final, y quizás no el que yo me imaginé nunca. Esos momentos, esos meses, semanas, días, horas, minutos y segundos contigo, no nos los quita nadie ni a ti ni a mí...
Me levanté y me fui. Juro que aunque sentía la tentación de mirar hacia atrás, no lo hice. Sólo fue un pequeño descanso de meses evitando su nombre, evitando aquel lugar. El año que viene por estas fechas, me volveré a sentar... Por si se me olvidara, sólo tiene que sonar esa canción, sólo tienen que decir ese número, sólo basta con decir su nombre...



5 de Abril.

Muchas historias diferentes nos ocurren cada día a cada persona, historias que te hacen madurar y aprender de los errores. Cada día aparecen personas que te ayudan a sonreír, que te ayudan a olvidar. Bueno, para mí, una persona. R. No sé qué tiene, porque es igual que los demás, pero ha hecho que algo en mí se despierte… y eso me está haciendo daño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario