Entonces por qué no dejo de pensar en esa fecha, en ese número, en heridas cerradas que se empiezan a abrir con el calor de las chimeneas. Que deprisa pasa el tiempo, quién lo diría... Ahora aquí y parecía ayer, aquel día de invierno. Aquellas noches. Nunca lo olvidaré. No podría. Todavía puedo olerlo, todavía noto el tacto de esos guantes, el roce de las agujas en mi fría piel.
Cierra los ojos, ahí está, aún lo puedo ver, como si fuera ayer. Lo veo con tanta nitidez... Ábrelos. Bienvenida a la realidad… 17 de Diciembre del 2011. Un día más, indiferente, distante, silencioso. Mañana será otro. Un día más de este año. ¡Jé, tiene gracia! Justo hace un año pensé “no me gusta este año”. Iba a ser un mal año. Ha sido un mal año. Y creo que en eso estará de acuerdo conmigo muchísima gente. Dicen que el tiempo no hace milagros, pero cierra muchas heridas. No lo olvida, solo ocupa otro lugar en la memoria. Recuerdos intactos, tragos largos y amargos. Lágrimas rozando mis mejillas, empapándolas en noches largas y almohadas duras. Pienso, automáticamente recuerdo.
No sigas.
Tampoco podría continuar esa frase. "Bar siempre está bie…"
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